En verano de 1.982, Bob Woodward, uno de los periodistas que se cargó a Nixon a principios de los 70 al destapar el escándalo Watergate, recibió un extraño encargo por parte de Judy Jacklin Belushi. Su marido, el gran héroe americano John Belushi, oficialmente había fallecido unos meses atrás víctima de una sobredosis de speedball (inyección de cocaina + heroína). La víuda no lo veía nada claro, consideraba que existían muchas preguntas por responder y pidió a Woodward que investigará el asunto. El ganador de un premio Pulitzer aceptó el reto, concibiendo el proyecto como una serie de artículos a publicar en el diario Washington Post, pero Bernie Brillstein, manager de Belushi, le hizo cambiar el chip: "John es un libro, no una serie de artículos". Así nació "Como una moto - La vida galopante de John Belushi", cuya lectura me ha tenido obsesionado las dos últimas semanas.
Woodward, mediante entrevistas a 217 personajes relacionados con Belushi (desde estrellas como Jack Nicholson o Steven Spielberg a camellos y drogadictas), repasa los 33 años de vida del legendario actor. Su infancia en los suburbios de Chicago, sus primero pinitos como cómico en la escena local, su traslado a New York donde se convierte en la sensación del Broadway underground, la formación del equipo de guionistas y actores que fundó el rompedor Saturday Night Live (ya sabeis, el mítico show americano que aún se emite en la actualidad y que vió nacer a estrellas como Dan Aykroyd, Chevy Chase, Bill Murray, Eddie Murphy o el propio Belushi), su eclosión como super-estrella al interpretar a Bluto en "Desmadre a la americana" (tal fue el impacto de la peli que las fiestas-toga romana y las guerras de comida en las cafeterías se conviertieron en una tradición-obligación en las unis americanas), los años de los Blues Brothers junto Aykroyd, la etapa confusa en la que encadena varios fracasos de taquilla, pierde el control y se precipita al abismo ... todo rodeado de drogas, drogas y más drogas.
Las drogas, especialmente la cocaína, estaban bien vistas por parte de la sociedad americana a mediados de los 70, sobre todo en la comunidad artística. Todo Hollywood consumía toneladas de polvo blanco. Se la consideraba una sustancia inofensiva, te daba un plus de creatividad y te permitía aguantar largas sesiones de rodaje o de escritura de guiones. La actriz Candice Bergen, estrella invitada en varias ocasiones a Saturday Night Live, recuerda como cada rincón del set de rodaje estaba de rayas. Todo el mundo esnifaba a diario y Belushi no iba a ser menos. "Como una moto" practicamente profundiza más en las farras de John (se llegó a pasar 12 días seguidos de fiesta sin dormir!) y su relación con las sustancias prohibidas que en su carrera artística. Desde su primer porro hasta el chute que le segó la vida, la existencia de un tipo con el talento de Belushi, paulatinamente, empezó a orbitar alrededor de las drogas hasta convertirse en un yonkie improductivo.
En ese sentido, es especialmente dolorosa la tercera parte del libro, en la que se relata minuciosamente día a día las dos últimas semanas de vida del artista, invertidas en cerrar los garitos del angelino Sunset Strip y chutarse en compañía de golfas en su bungalow del Chateau Marmont (De Niro y Robin Williams se pasaron por allí a esnifar la última noche). El libro es una droga en si. Es super entretenido y te lo pasas en grande leyendo las mil anécdotas del desfasado Belushi, un tipo que podía pasar de ser tu mejor amigo a un pesado insoportable y viceversa en cuestión de segundos. Gran amante del rock n' roll (muy divertida su obsesión en promocionar a la banda punk Fear), la mayoría de entrevistados recuerdan a John con cariño, como un niño grande, siempre excesivo en todos los sentidos, pero muy querido al fin y al cabo.
Si alguien siente curiosidad por la heroína, Dan Aykroyd tiene algo que decirle:
"La heroína es un palo tan placentero ... Está también su imagen romántica. Puedo decirte ahora, por mis tres o cuatro experiencias con ella, que es lo mejor del mundo. Totalmente. Es lo más calido ... los opiáceos son cálidos, muy balsámicos, drogas muy relajantes a las que te acostumbras ... Es una sensación cálida, bonita, plácida ... En términos de colocón es lo mejor que hay."
Woodward, mediante entrevistas a 217 personajes relacionados con Belushi (desde estrellas como Jack Nicholson o Steven Spielberg a camellos y drogadictas), repasa los 33 años de vida del legendario actor. Su infancia en los suburbios de Chicago, sus primero pinitos como cómico en la escena local, su traslado a New York donde se convierte en la sensación del Broadway underground, la formación del equipo de guionistas y actores que fundó el rompedor Saturday Night Live (ya sabeis, el mítico show americano que aún se emite en la actualidad y que vió nacer a estrellas como Dan Aykroyd, Chevy Chase, Bill Murray, Eddie Murphy o el propio Belushi), su eclosión como super-estrella al interpretar a Bluto en "Desmadre a la americana" (tal fue el impacto de la peli que las fiestas-toga romana y las guerras de comida en las cafeterías se conviertieron en una tradición-obligación en las unis americanas), los años de los Blues Brothers junto Aykroyd, la etapa confusa en la que encadena varios fracasos de taquilla, pierde el control y se precipita al abismo ... todo rodeado de drogas, drogas y más drogas.
Las drogas, especialmente la cocaína, estaban bien vistas por parte de la sociedad americana a mediados de los 70, sobre todo en la comunidad artística. Todo Hollywood consumía toneladas de polvo blanco. Se la consideraba una sustancia inofensiva, te daba un plus de creatividad y te permitía aguantar largas sesiones de rodaje o de escritura de guiones. La actriz Candice Bergen, estrella invitada en varias ocasiones a Saturday Night Live, recuerda como cada rincón del set de rodaje estaba de rayas. Todo el mundo esnifaba a diario y Belushi no iba a ser menos. "Como una moto" practicamente profundiza más en las farras de John (se llegó a pasar 12 días seguidos de fiesta sin dormir!) y su relación con las sustancias prohibidas que en su carrera artística. Desde su primer porro hasta el chute que le segó la vida, la existencia de un tipo con el talento de Belushi, paulatinamente, empezó a orbitar alrededor de las drogas hasta convertirse en un yonkie improductivo.
En ese sentido, es especialmente dolorosa la tercera parte del libro, en la que se relata minuciosamente día a día las dos últimas semanas de vida del artista, invertidas en cerrar los garitos del angelino Sunset Strip y chutarse en compañía de golfas en su bungalow del Chateau Marmont (De Niro y Robin Williams se pasaron por allí a esnifar la última noche). El libro es una droga en si. Es super entretenido y te lo pasas en grande leyendo las mil anécdotas del desfasado Belushi, un tipo que podía pasar de ser tu mejor amigo a un pesado insoportable y viceversa en cuestión de segundos. Gran amante del rock n' roll (muy divertida su obsesión en promocionar a la banda punk Fear), la mayoría de entrevistados recuerdan a John con cariño, como un niño grande, siempre excesivo en todos los sentidos, pero muy querido al fin y al cabo.
Si alguien siente curiosidad por la heroína, Dan Aykroyd tiene algo que decirle:
"La heroína es un palo tan placentero ... Está también su imagen romántica. Puedo decirte ahora, por mis tres o cuatro experiencias con ella, que es lo mejor del mundo. Totalmente. Es lo más calido ... los opiáceos son cálidos, muy balsámicos, drogas muy relajantes a las que te acostumbras ... Es una sensación cálida, bonita, plácida ... En términos de colocón es lo mejor que hay."
Un libro más para leer.Apasionante vida la de John Belushi,el dio otra dimension a la satira y al humor.Como siempre detras de un gran artista esta la droga(cada uno es responsable de sus actos que hace con su vida).Ya te dire algo sobre un libro llamado "el otro hollywood".como siempre un gran post y abrazo manoftherock.
ResponderEliminarYa había oido hablar del libro, DEBO hacerme con eso ya.
ResponderEliminarSaludos.
Dios que dejen de sacar libros tan jugosos hasta que mi economía reflote. ¿Dónde estaban todas estas ediciones cuando me codeaba con Donald Trump?
ResponderEliminarImprescindibol. John Belushi, único, grande, y libre como el viento.
Saludos
Qué peligro cerrar todos los garitos de Sunset Strip. Y ese Chateau Marmont... Cuando lo tuve delante, sólo de pensar en lo que podía haber pasado por allí, me ponía los pelos de punta.
ResponderEliminarGracias por la recomendación Sammy.
Salud.
Ese libraco tiene que caer en mis manos!
ResponderEliminarRecuerdo una anécdota que narraba Meat Loaf en su autobiografía en la que Belushi y el artífice de 'Bat out of hell' se enzarzaron en una competición para ver quien esnifaba más coke. El escenario de tan peculiar campeonato fue el Blues Bar, el garito de blues que tenía John en el West Side de NYC. Ni cortos ni perezosos, y rodeados de algunos cómicos de Saturday Night Live, trazaron unas enormes rayas en el suelo con la forma de sus Estados natales. John dibujó el contorno de Illinois, y Meat hizo lo propio con Texas. Si echas un vistazo a un mapa de los EEUU verás que Texas es algo así como 4 o 5 veces mayor que Illinois, así que, por culpa de la dichosa geografía, esa noche el amigo Belushi fue derrotado -nunca mejor dicho- en su propio terreno.
Alvar, "El otro Hollywood" es de la industria porno? Lo tuve en las manos pero me decanté por Belushi y Motley Crue. Ya me contarás!
ResponderEliminarMarc, en el FNAC lo encontrarás facilmente. 25,50 euros.
Mobius, por fin las editoriales se han dado cuenta que existe un público hispano para este tipo de libros! Por cierto, la editorial se llama "Papel de fumar", jejeje.
Paula, Hollywood ha sido, es y será, la decadencia hecha ciudad!
NonStop, brutal esa anécdota. John era un rock n' roller de pies a cabeza. En sus estancias en L.A., siempre estaba colocándose en casa Ron Wood y Kiz. Seguro que éstos tambien podrían contarnos unas cuantas de buenas.