Qué mas da si el cartel no está formado precisamente por tus bandas favoritas. Un festival metálico-rockero como el
BCN Rock Fest es un auténtico acontecimiento en una ciudad como
Barcelona, capital del indie, capital del techno, capital de la rumbita, capital de la sardana ... capital de cualquier cosa menos del rock n' roll. Ya has visto a
Twisted Sister en 5 ocasiones y
Manowar te dan grima ... OK, pero en la próxima edición, o en la siguiente, la organización acertará de pleno y te acercará a 5 minutos de casa a ese par de bandas hard/heavy que te encantan. Un festival así es absolutamente necesario en la ribera del
Besós, así que por muchos años,
BCN Rock Fest. Y -subvenciones aparte- vista la asistencia de público, en especial en la jornada del sábado, la primera jugada no les ha debido salir mal.
El recinto de Can Zam, conocido por todos por las jaranas que celebra allí Justo Molinero, es ideal para un festival de tamaño medio, de dimensiones ligeramente inferiores al Mendizabala azknero. Un escenario mastodóntico -imperdonable la ausencia de pantallas gigantes- para los peces gordos y una carpa de circo -con un sonido nada malo- para las formaciones secundarias, bandas tributo la mayoría. La restauración, deficiente, como es habitual en estos eventos. Eso sí, infinitas barras y una legión de camareros para suministrar cerveza aguada a la horda jebi.
Mi jornada del viernes empezó con los últimos temas del show de los Fear Factory catalanes, Ktulu. Referentes nacionales del metal industrial, recuerdo que a finales de los 90 tuvieron sus 5 minutos de fama con ese "Confrontación" (1997). A pesar de las payasadas el tipo encargado de los samplers, en directo mantienen una buena pegada y las cervicales crugieron por doquier. Segundos después, Barón Rojo iniciaban su recital con un "Incomunicación" que sonaba de fábula. Uno de los grandes pros de este festival es que, aunque las bandas no se solapan, la música nunca para. Termina una banda, empieza la siguiente en el otro escenario. Supongo que con Sherpa al micrófono -no he tenido el gusto-, Barón Rojo mejoran, pero los hermanos De Castro llevaron adelante un show más que digno. Buena puesta en escena y un repertorio es abrumador: "Flores del Mal", "Con Botas Sucias", "Hermano del Rock N' Roll", "Concierto para ellos", "Cuerdas de Acero", su cover del "Pinball Wizard" de los Who ... y como remate final, "Los Rockeros Van al Infierno" ... Su rollo es el ROCK! Por cierto, me encanta ese bajista, con una estética y unas poses más Danger Danger que Barón.
Casino Montreux, fiel recreación de Deep Purple, gustaron y se gustaron. Tanto, que pidieron un bonus track a la organización, que, obviamente, no les concedió. Media horita da para poco, pero era el turno de Kreator -uno los big four del thrash germano junto con Destruction, Sodom y Tankard- y su infierno metálico. Hay que reconocer aquello fue como una división de Panzers pasando por encima nuestras cabezas, unas putas apisonadoras, pero tíos, yo sólo disfruto del género en su versión americana. Demasiada caña para mis oidos. Pero toda una mariconada comparados con Napalm Death. Al segundo tema ya me sentía como un preso de Guantánamo y huí despavorido de la carpa circense.
Con los Mojinos Escozíos no sabía que esperar. Conozco a El Sevilla por su faceta de bufón televisivo y me cae bien, pero no tenía clara la propuesta de su banda. Pues oye, los Mojinos son los Steel Panther patrios, joder, sólo que en versión hard setentera! Sabía de su sentido del humor y, efectivamente, todos nos partimos el culo con sus ocurrencias, pero es que además esos musicos rockean muy duro. Sin paliativos, triunfadores del día. Bounce, resultón tributo a Bon Jovi, tomaron el relevo. El cantante parece un semifinalista de OT y su guitarra se parece más a Kim Thayil que a Richie Sambora, pero esos chavales pusieron la carpa patas arriba, acertando de pleno al centrarse en la era pre-"Keep the Faith". "Livin' on a Prayer", "You Give Love a Bad Name", "Raise Your Hands", "Born to Be My Baby", "Lay Your Hands on Me", "Runaway" ... y la puta "It's my Life". Por increible que parezca -y la reacción de los más jóvenes lo corroboró- esa mierda de canción es el HIT de Bon Jovi para diversas generaciones.
No sé por qué, quizá influenciado por la reciente exhibición de El Sevilla, pero tenía a Fortu Sánchez por un cachondo y esperaba más monólogos hilarantes. Y no, para mi sorpresa, Obús fueron por faena. Una tras otra, con una disciplina ramoniana, en unas versiones endurecidas, fueron cayendo "Necesito Más", "El Qué Más", "Que te Jodan", "Dinero, Dinero" o "Prepárate". Profesionalidad intachable, pero Fortu sin decir ni buenas noches. Luego la cosa se distendió, el cantante hizo el pino, el solo de percusión a 8 manos impactó y ver a chicas encima del escenario bailar "Esta Ronda la Paga Obús" fue bonito, pero esperaba más de los madrileños. Quizá es que ya eran las 3 de la mañana y estábamos todos, ellos y nosotros, muy cansados.