R. KINSKI, nuestro escorbútico nuevo colaborador, debuta en Sammy Plays Dirty con una crónica del reciente show de Mark Lanegan en Barna. Sus años grunges quedan lejísimos -los que a mí personalmente me interesan-, pero sigue contando con una legión de seguidores que sigue con devoción cada uno de sus pasos. Quién tuvo, retuvo:
Enésima visita de Mark Lanegan a Barcelona. Me planto a las nueve menos cuarto en la sala Bikini con no demasiadas expectativas para asistir a la presentación del decepcionante Phantom Radio, su último trabajo.
Pasadas las nueve aparece nuestro hombre vestido de negro riguroso acompañado tan sólo por un guitarrista empuñando una preciosa eléctrica. Lanegan se aferra al micro con ambas manos en una pose que ya es marca de la casa y se lanza a una interpretación seca y descarnada de When Your Number isn’t Up tema que abría el todavía fresco Bubblegum. Tiene la garganta en plena forma y para la segunda canción tengo claro que esto apunta alto.
Suena Morning Glory Wine y ya está en el escenario la Mark Lanegan Band al completo. Suenan potentes, rocosos, sucios, contundentes. Una banda de rock perfectamente engrasada con un líder que se siente más líder que nunca. Se le ve suelto, contento, seguro de sí mismo. Incluso cruza algunas palabras con el público y hace algún amago de baile con la cadera. Caen una tras otra, como bolas de fuego escupidas por el infierno Gravedigger’s Song, Quiver Syndrome, One Way Street y otras joyas de su repertorio hasta llegar a un Hit The City que pone la sala patas arriba.
A partir de aquí lo que había sido una demostración de rock sin fisuras se resquebraja con una excesivamente larga Ode to Sad Disco y un Harborview Hospital que en realidad nunca funcionó. Podría pasar por una sobra recalentada noventera de Bono y los suyos. El castigo sigue hasta la insulsa Torn Red Heart, deudora del Atmosphere de Joy Division pero con opuestos resultados.
Cuando parecía que la cosa iba a seguir por estos derroteros el concierto vuelve a remontar a golpe de viagra con Black Rose Way, un trallazo de los añorados Screaming trees que nos la pone dura tras el gatillazo electrónico al que nos han sometido. Y ahora ya no hay quien los pare. Arremeten con Sleep With Me, un oscuro tema del EP Here Comes that Weird Chill y Death trip to Tulsa, escorbútica en la versión de estudio que aquí nos amenaza como la bestia parda que en realidad es.Los bises rematan la faena. Methamphetamine Blues nos trepana el cerebro y I Am The Wolf se reivindica, tocada aquí con toda la banda, como un gran tema psicodélico y pantanoso. Con The Killing Season cierran el concierto. Una interpretación caótica, ruidosa y electrónica que por momentos recuerda a Orbital condensa lo mejor y lo peor de la noche, una noche que si bien no pasará a la historia nos deja con la certeza de haber asistido a un buen concierto de rock de uno de los imprescindibles de todo esto.
R. KINSKI
5 comentarios:
Buena crónica, pero hasta que no haya gira de reunión de Screaming Trees no pienso pagar de nuevo por ver a este hombre. Los experimentos que los deje para la gaseosa.
Buena crónica. Opino prácticamente igual, no fue de sus mejores noches...estos experimentos electrónicos no casan bien con la voz de Lanegan y parece empecinado en acercarse a estos géneros aunque sea con calzador. Aquí te dejo la crónica en mi blog: http://theoutlaw76.blogspot.com.es/2015/03/mark-lanegan.html
Saludos!!
Pues yo mataría por volver a verlo.
Gran reseña!
Outlaw, Mr. Kinski no se si está por la labor, pero yo si me pasare por tu blog!
Burner y Javistone, gracias también por vuestras aportaciones ... parece que existe clamor general por la vuelta de Lanegan al rock n' roll puro y duro!
monsieur sammy, el sr kinski hace ya un rato que se ha paseado por el blog y le ha gustado un montón (hablo en tercera persona como Maradona o Luis Aragonés)
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