Domingo de crónicas. A continuación, Uncle Txema nos cuenta su experiencia country white trash con el forajido Bob Wayne. El segundo post de la jornada está dedicado a la visita de Dan Baird y compañía. Si os da palo leerlo, lo resumo en 5 palabras: Lo mismo de siempre. Afortunadamente.
¿Quién dice que los violines no rockean? Desde luego, con Bob
Wayne y su banda tal afirmación no es cierta. Vaya despliegue de energía. Bob
Wayne visitaba por tercera vez en la ciudad condal, presentando su reciente
cuarto disco, “Back to the camper”. Se nota que se ha ido ganando audiencia por
sus frecuentes visitas y lanzamientos, pues la sala Rocksound presentaba una
gran entrada y el público estuvo entregado desde el principio.
El outlaw country-rocker
de Seattle comenzó el bolo a todo gas y bocinando su camión en “Till the wheels
fell off” y ya no paró hasta 135 minutos después con, cerrando con “Spread my
ashes to the highway”. Nos deleitó con sus historias autobiográficas (“Blood to
dust”, “Round bound”), juergas rednecks (“Everything is legal in Alabama”),
bad-ass women (“La diabla”, “Evangeline”), la dura vida de la white trash (
“Working man”, “Driven by demons”, “Ghost town") y coreó en castellano “que se
joda la ley” (“Fuck the law”). Por cierto, se disculpó por no poder realizar
los extraordinarios duetos de su último disco al no llevar cantante femenina en
la banda (“20 miles to Juarez” es un clásico absoluto desde ya).
Y si Bob se salió, hay
que mencionar también a la banda: tanto violinista como guitarrista lo bordaron,
y ese batería descalzo con pinta de hippy despistado nos dejó con la boca
abierta.
Todos sabemos que Hank III es muy grande, pero Bob claramente
se está acercando a su nivel. Al menos en estudio. Como Hank no incluye España
en sus giras, no podemos medir sus fuerzas en directo.
1 comentario:
Yo vi a Hank III en el Azkena y a Bob teloneando a Nashville Pussy. Te digo yo que en directo este sureño de la costa oeste no tiene nada que envidiar al nieto.
Buena crónica colega.
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