ACTUALIZADO CON LA CRÓNICA DE DEREK PHILLIPS!!!
No una, te traigo dos crónicas independientes -que serán tres cuando Mr. Philips se ponga las pilas- sobre el show de AC/DC en Barna de la semana pasada. Una en plan rancio escrita por un servidor y otra, que suscribirán la mayoría de lectores, firmada por un fan de verdad, Andreu from Sabadell
Probablemente, ésta sea la
crónica de las recientes fechas de AC/DC
en España menos triunfal que leeréis. Todo eso de la “liturgia rockera que une a miles de devotos fieles ante el imperecedero
poder eléctrico de los australianos” que, con expresiones cortadas por el
mismo patrón, puebla - encontrareis en la mayoría de relatos, está muy bien. Es
innegable AC/DC -especialmente en su
faceta en directo- son més que un club. Pero, es hora de afrontarlo, mi
experiencia se salda en un “sí pero no”.
SÍ a AC/DC, larga vida a Angus, Brian y, en definitiva, a una de las bandas fundamentales de
nuestra música. A la entrega, a la profesionalidad y a la molestia de volver a
poner la maquinaria en marcha.
SÍ al rock de estadio, al concepto de 50.000
personas reunidas para rendir pleitesía al viejo RN’R, al macro escenario y a
los 80 trailers necesarios para mover el tinglado, un fregado en el que en la
actualidad sólo se meten Bon Jovi, Stones, Springsteen, U2 y para de
contar, todo savia nueva. SÍ a un set-list imbatible, con un tremendo guiño a
los fans al incluir una joya oculta como “Have
a Drink on Me”, mi tema favorito de su discografía, de toda la vida, a
sabiendas que los figurantes (¿50% de los asistentes?) no entenderían nada. Y
por supuesto, SÍ a la Rosie hinchable.
Pero NO a los 90 euros exigidos por
un m2 de lona bañada en cerveza y orines. NO a los cuernos luminosos. NO a la
masificación que, a menos que accedas al recinto con horas de antelación, te
obliga a seguir los acontecimientos a una distancia kilométrica, con un ojo en
la pantalla y otro en las hormiguitas que se adivinan en el escenario. NO a los
acompañantes en un evento de estas características -no llegarán a leer estas
líneas, pero en cualquier caso… nada personal, chicos!-, cuyo planteamiento
pre-concierto provoca que te pierdas a los teloneros (por lo leído, Vintage Trouble convencieron a los
neófitos) y cuyo comportamiento durante el show, digamos que distrae (selfies,
charla, cervezas, vamos a mear, más cervezas, volvamos a mear … you know what I
mean).
Y NO por la sensación de haber visto lo de siempre, sólo que un poco
peor que la anterior, sensación que, todo sea dicho, se me ha manifestado en
los últimos 3 conciertos de AC/DC. Angus merece toda nuestra indulgencia -Brian sigue echo un toro-, pero esa
cara hinchada, el hecho de no llegar a quitarse la camisa -no sea que se
constipe- y la ausencia de uno de sus dos tour-de-force
habituales (“The Jack”, su sólo
agotador y el correspondiente strip-tease) evidencian que el Invierno está llegando.
¿Deben continuar AC/DC con su carrera? Por supuesto ¿Te
recomiendo asistir a una hipotética nueva gira? Con fervor ¿Repetiré? Lo dudo.
De momento, los primeros damnificados son KISS.
¿Pagar 73 euros por una entrada de pista? Ni de coña.
Sammy Tylerose
AC/DC después de su última visita y ya hacía 6
años nos volvían a visitar para presentarnos un nuevo show de Rock’n’Roll con
mayúsculas.
Pocos grupos pueden ofrecer un espectáculo como
el que nos ofrecen AC/DC. El principio con un video de cuando los americanos van
a la luna y se encuentran que los australianos ya habían llegado…..y en el que
van apareciendo todos esos signos clásicos (campana, cañones, Rosie…) y como
no, un final con los cañones y fuegos artificiales dignos de cualquier festa
major.
Cuando AC/DC se plantean el repertorio de una gira
no se rompen muchos los cuernos… Apertura con el hit del nuevo disco ( "Rock or
Bust") y a la que añaden dos canciones más ( "Play Ball" y "Baptism of Fire"). El
resto lo que ya nos esperamos todos, si bien siempre te sorprenden con alguna
canción: "Sin City" y "Have Drink of Me". Pero que más da. Es precisamente lo que
queremos escuchar: "Hell's Bells", "Back in Black", "Hell Aint’ A Bad Place To Be", el
solo estratosférico del gran Angus en "Let There Be Rock"...
Puedo decir que allí estuve en el 29/05/2015
viendo a los AC/DC, pero si nos vuelven a visitar no lo dudaré y allí volveré a
estar.
For
Those About To Rock ( We Salute You).
Andreu for Sabadell
Asistir un concierto de AC/DC al menos una vez en la vida es casi obligatorio para cualquier fan de la música hard rock. Con más de 40 años en activo, los australianos son toda una leyenda, un mito, dentro del mundo hard rockero, influenciando tanto grupos como fans. Esto explicaría como son capaces de atraer a tanta y tanta variedad de gente a la vez, gente que dicen que no les gusta el hard rock, generaciones de padres e hijos juntos. ¡Yo mismo fui con mi padre de 83 años!
En concierto (igual que en disco) ya sabes lo que te van a ofrecer, la campana grande de "Hells Bells", la muñeca hinchable de "Whole Lotta Rosie", los cañones de "For those about to Rock", pero nadie le importa, es todo parte del espectáculo, del ritual. Cuando apagan las luces y ves la marea de cuernos rojos parpadeando, te ponen los pelos de punta de pura anticipación.
Las estrellas de la noche con claramente Angus Young y en menor modo Brian Johnson. Los otros se quedan en un segundo plano, cumpliendo bien su función pero sin quitar protagonismo. Brian, con 67 años, se le notaba un poco tocado en la voz, fallaba algunos versos, pero en general está en muy buena forma. Angus, juraría, ha hecho algún pacto con el diablo. Con 60 años, sigue igual que siempre, pura electricidad sobre el escenario, no deja de moverse durante las dos horas de concierto, no falla ni una vez, y nos deja a todos con la boca abierta con su casi 10 minutos de solo.
El set list bien, tres temas de rigor del nuevo disco y buen repaso de sus éxitos durante su larga vida en activo. Dos horas de concierto que ha dejado todos contentos y con ganas de más, alegres de formar parte de la gran congregación de fieles que AC/DC son capaces de captar.
Derek Phillips