sábado, 17 de junio de 2017

Josh Todd & The Conflict



Tras la inesperada y algo oscura salida de Keith Nelson, la continuidad de Buckcherry, sin una de sus piezas fundamentales, se presenta más incierta que nunca.Con la ayuda mercernarios, la banda completará las fechas contratadas pendientes, pero sobre su futuro a medio plazo, nadie se ha pronunciado.

De momento, Josh Todd y su inseparable Stevie D -el guitarra filipino de Buckcherry-, como buenos culos inquietos, aprovechan para presentar nuevo proyecto paralelo, Josh Todd & The Conflicts -recordemos que en 2016 ambos músicos ya echaron una canita al aire con los fallidos Spraygun War-. "Year of the Tiger" es su rabioso primer single y, para mi gusto, es todo un temazo.

Josh Todd, musicalmente hablando, no es un tío 100% fiable, la suele cagar, pero esta vez parece que las musas están de su lado.



miércoles, 14 de junio de 2017

Tyler Bryant & The Shakedown - Barcelona 05-06-17 - Sala Rocksound



La cojonuda actuación de Tyler Bryant & The Shakedown (a partir de ahora, TBS, como en los contratos) como teloneros de GN'R -no se me enfanden sus fans, pero vaya bajonazo a continuación con el coñazo de Mark Lanegan-, a pesar de la escasez de minutaje y medios técnicos que acompañan a las bandas que abren para una vaca sagrada en un show de estadio, con un Tyler dueño y señor del enorme escenario, arengando a la masa sin cesar, ya hacía presagiar que un concierto de TBS en sala pequeña iba a ser algo grande. Que Guns N' Roses, que el rock duro reuna a 40.000 personas en un recinto, en 2017, es un bonito anacronismo. Ser testigo de ello mola. Pero el espectacular concierto de TBS en Rocksound, esta vez sí, uno de los conciertos de mi vida -"exagerao!", me espetan mis colegas- fue la confirmación de que mi sitio -y del RN'R- está en los clubs. 
No voy a extenderme. Tyler Bryant, a sus 25 años, "lo tiene", sencillamente vi a una estrella brillar. Pero sus Shakedown, en los que destacan su incendiario batería, un tipo que se pasa buena parte de la actuación de pie y que termina aporreando el bombo entre el respetable, y la guitarra secundaria de Graham Whitford -hijo de Brad de Aerosmith-, no se quedan a la zaga. Puro éxtasis hard-rockero, tíos. Con bandas como TBS, Honeymoon Disease o Jetbone -todos ellos han arrasado Rocksound en los últimos meses-, formadas por tíos/as menores de 30 años, uno se pone optimista con la salud del RN'R. Aunque la media de su público se acerque a los 50. 


martes, 13 de junio de 2017

Guns N' Roses - Bilbao 30-05-17 - San Mamés


Dada la abundancia de crónicas triunfales -trufadas de nostalgia a raudales, eso sí- y el vox populi -tanto entre círculos rockeros como en círculos, por llamarlos de alguna manera, generalistas- de que estas dos fechas hispanas de los reunidos GN'R han sido algo histórico, hasta me da algo de verguenza cuando, cuestionado por algún colega sobre lo vivido en Bilbao, le suelto un templado "bien, no estuvo mal". Cuando ellos esperan mi 11/10, yo firmo un 7,5. Así es, me encantaría sumarme a la corriente y comulgar con la euforia generalizada -de hecho, influenciado por la lectura de la opinión de los otros, mañana iría a un Estadi Olímpic, mientras que justo a la salida del concierto daba por cerrada mi relación con los Guns N' Roses de formato estadio- y declarar que ha sido uno de los momentos más especiales de mi vida, pero aquí se trata de ser honestos.

GN'R son MI BANDA desde otoño de 1991 y he estado más de 20 años soñando con la reconciliación -al menos a nivel profesional- de Axl y Slash, pero amigos, en San Mamés no terminé de conectar. No culpo a la banda: cerca de 3 horas de concierto, profesionalidad máxima, entrega intachable y gran estado de forma del nucleo duro -asumiendo que, a diferencia de Slash y Duff, el Axl de 2017 no es compable con el Axl de 1992 ... ni con el de 2010-. Y por supuesto, un repertorio tremendo, del que, como "highlights", destacaría la matadora dupla inicial "It's So Easy"/"Mr.Brownstone", unas tremebundas "Live and Let Die", "Double Talkin' Jive" -aún recuerdo la caída de Slash en show barcelonés del 93, terminando el tema desde el suelo, con la guitarra partida- y "Coma", la inmortal interpretación del tema principal de "El Padrino" y, en contra de todo pronostico -pues odio esa canción, la veo más propia de David Bustamante que de Guns N' Fuckin' Roses-, una sentida "This I Love" en que Axl se lució. Y Slash finiquitando el grand finale de "Paradise City" con su Les Paul por detrás de la testa, por supuesto. A nivel de set-list, sólo criticaría el exceso de temas instrumentales ajenos -aunque olé por esos homenajes a Gregg Allman y Chuck Berry en forma de "Melissa" y "Johnny Be Good", respectivamente-, aunque si no fuera por esos interludios y la media docena de epopeyas a lo "Estranged", "November Rain" o "Sorry", el show se quedaba en hora y media.

Ante lo expuesto, ¿bien por GN'R y mal Sammy? Probablemente. Ver el show a 20 millas del escenario, de puntillas, con el ángulo visual mermado por cabezones, no ayudó. Nada que, en la próxima ocasión, un Golden Ring o un asiento de grada bien escogido no puedan solucionar (ojalá).
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