Dario Argento Parafraseando a
Dokken, aquí estoy, de vuelta y listo para seguir dando guerra. También podría haber echado mano del cancionero de
Aerosmith y haber titulado este post como
"Back in the Saddle", por que que triste es volver al cansino y rutinario mundo laboral tras 15 días de ocio absoluto. Pero seamos positivos, la vuelta al mundo real también tiene sus aspectos atractivos. Ponerme frente al teclado para seguir dando vida a
Sammy plays dirty es uno de ellos, sin duda. Y disfrutar de la lectura de los grandes blogs que encontrais listado a la derecha de estas líneas, otro.
Como era de esperar, el viaje a
Italia no ha reportado grandes experiencias rockeras. No estamos hablando de la meca de nuestra música precisamente, pero para ser justos, excepto en
Roma, tampocó me molesté demasiado en investigar sobre la escena del rock n' roll italiano. Una cosa está clara, si en
Barcelona las tiendas de discos son animales en extinción, en las ciudades que he visitado la cosa está peor todavía. Mira que andé horas y horas por las calles de
Bolonia,
Roma,
Perugia,
Parma... para tan sólo encontrar un par de tiendas de tamaño medio de la típica cadena de discos/dvd's/videojuegos, donde el fondo de catálogo rockero es escaso y los precios son caros. Eché de menos tanto las pequeñas tiendas de toda la vida como las grandes superficies estilo
Virgin o
Fnac. En calle
Tallers tenemos un tesoro, algo casi milagroso, conservémoslo. Por obligación moral, por eso de tener un disco comprado en
Italia, adquirí
"Ballbreaker" de
AC/DC (un par de euros más caro de su precio habitual en
BCN). Vamos, no es el mejor lugar para ampliar vuestra colección.
¿El metro del Bronx? No, un vagón romano
Respecto a la vida nocturna, levantarse a las 7 de la mañana a diario no te deja con demasiadas ganas de juerga una vez se pone el Sol, pero con el Saturday Nite no se juega, más si coincide que estás en
Roma. Tras un un breve chequeo por Internet, di con el club ideal:
The Jailbreak Club.
Su web es cutre y parece ser que
Roma tiene 2 o 3 garitos rockeros más, pero para esa misma noche anunciaban un doble concierto tributo
Guns N' Roses +
Iron Maiden que me sedujo de inmediato. Situado en las afueras de la ciudad, en un desolado polígono industrial,
The Jailbreak Club es un lugar curioso. Mix de restaurante barato y antro metálico de toda la vida, me recordaba a una versión rockera del mítico
Odisea 2001, (si, donde
Tony Manero acudía a desfogarse cada fin de semana). Unos mantelitos a cuadros blancos y rojos en las mesas hubiesen sido la guinda. Las bandas no eran más que un puñado de colegas, carentes de look y actitud, que interpretaban de forma decente los himnos de sus ídolos, pero nos proporcionaron un buen rato. Lo mejor, ese
"Don't damn me" gunner que nunca había escuchado en directo (toda una sorpresa!) y los aullidos del impersonator de
Bruce Dickinson, menuda garganta!
Saliéndonos de lo estrictamente rockero, unos de los puntos más especiales del viaje fue la visita a
"Profondo Rosso", la entrañable tienda-museo propiedad del legendario
Dario Argento, super maestro del terror europeo. La tienda en si no es cosa del otro mundo. Películas, libros, camisetas y muñequitos relacionados con el mundo del cine fantástico y de terror, artículos que encontrareis en la clásica tienda de vuestra ciudad regentada por la versión hispana del vendedor de comics de
Los Simpson. Pero amigos ... ese museo, probablemente el más casero del mundo, es pura delicatessen. Abonas tres euros al dependiente y éste despliega unas cortinitas que dan acceso a una escalera que conduce a los sotanos del local.
¿Italiano o inglés? - te pregunta el tipo. Tras tu elección, coloca el correspondiente cd-guía en una minicadena situada junto al mostrador y ya puede empezar la visita! Guiados por el tenebroso guía enlatado, recorres una serie de mazmorras decoradas con todo tipo de artefactos y monstruitos usados en las pelis del padre del
giallo, el museo es una pasada para amantes de films como
"Demons",
"Suspiria" o
"Phenomena". Se ve en 10 minutos y es extremadamente modesto, pero la ambientación está logradísima y uno sale entusiasmado. Como se suele decir, museo para fans hecho por fans. No pude estarme de comprarles algo. El libro
"Giallo Argento, all about Dario Argento's movies" fue mi autoregalo.
Si nos centramos en el aspecto más turisticamente convencional del viaje, comentaros que
Bolonia es imprescindible.
Parma,
Ferrara y
Modena agradables sin más.
Perugia una delicia medieval, pero sólo apta para los que esteis en forma (esas cuestas!), tan recomendables como la excesivamente concurrida
Asís y la preciosa
Orvieto. Y
Roma ... todos los elogíos que os hayan contado son pocos. Su glorioso y ruinoso pasado imperial, el esplendor renacentista que aparece en cada rincón, la profusión de callejuelas y plazas encantadoras ... te sientes un privilegiado paseando por sus adoquinadas vías.