Desde luego, Chloë Sevigny es una actriz a la que no le asustan los retos. Yo la conocí por su papel de Nicolette, la más mojigata de las 3 mujeres del mormón Bill, en el clásico de HBO "Big Love". Y su interpretación es tan convincente que durante mucho tiempo creí que Chloë debía tener mucho de Nicolette en su vida real. Nada más lejos de la realidad. Sevigny es una outsider y tiene especial predilección por personajes sexualmente complejos. Sus primeros pasos en el celuloide los dio en films tan freaks como "Kids" o "Gummo" -ésta última no he tenido huevos de verla entera, me perturba-, la fama le llegó por su papel de novia del transexual encarnado por Hillary Swank en la célebre "Boys Don't Cry" y algunos recordareis la polémica generada cuando practicó una mamada real ante las cámaras en la peli arty "The Brown Bunny"
En su trabajo más reciente, la mini serie británica "Hit & Miss", ahora el travesti es ella. Chloë da vida a Mia, una mujer atrapada en un cuerpo de hombre que decide emplearse como asesino a sueldo. De esta manera espera amasar una buena pasta para costearse el cambio de sexo. Lleva una buena temporada tomando hormonas, su voz es completamente femenina y ya luce unos bonitos pechos, pero aun le queda deshacerse de la polla. Todo se complica cuando descubre que en sus años de confusión hétero engendró un crío que acaba de perder a su madre. Y ese niño tiene varios hermanos fruto de distintas relaciones de la fallecida madre. A Mia no le quedará más remedio que iniciar una dobla vida: verdugo de noche, ¿padre? de día. Todo ello en una Inglaterra rural bastante hostil que me recuerda a la de "Perros de Paja".
Todo esto aparece en los primeros 5 minutos del primer capítulo, así que tranquilos, no he jodido la serie a nadie.
Sin ser ninguna obra maestra, "Hit & Miss" merece un visionado a sus 6 capítulos, pero para las personas como yo, que nos guiamos por los instintos básicos, lo más interesante del serial está en la relación entre Mia y el machote del pueblo, Ben, más hétero que Bertín Osborne. Mia no es especialmente bonita, pero bien maquillada es resultona, tiene un cuerpazo de aúpa y tiene un aire misterioso que la hace atractiva. Dado que en la campiña inglesa no deben ir muy sobrados de mujeres, es normal que Ben caiga coladito. Imaginad el dilema cuando descubre que su adorada novia tiene rabo ... Tú, sí, el que está leyendo esto, ¿cómo reaccionarías? ... Ah, ahora si que era un spoiler!
Advertencia: Los más impresionables empezarán a mirar con otros ojos a los travestis del
Camp Nou.