En la ya la lejana gira de "A little south of sanity" no sólo tocaron éstas, sinó que el repertorio azucarado fue aún mayor. Comparativamente, esta vez el el set-list ha sido mejor por goleada! "Love in a elevator", "Back in the saddle", "Mama Kin", "Eat the rich", "Livin' on the edge", "Rag Doll", "Draw the line", "Sweet Emotion", "Walk this way", "What it takes", "Toys in the attic" ... joder, que más queremos. Repito, a finales de los 90 era impensable que tocasen en España "Toys in the attic" o "Back in the saddle". Además, vista la eufórica reacción del público ante los temas de "Get a grip" y "Nive lives", aún tiene más mérito no incluir unas "Amazing", "Crazy" o "Hole in my soul". Por que no nos engañemos, Aerosmith antes de "Get a grip" no eran NADIE no sólo en España, sinó en Europa. Unos perfectos desconocidos para el ciudadano medio! Ese disco les proporcionó el éxito masivo a nivel mundial y gracias a él la banda empezó a girar regularmente por nuestro país. Sin las baladas de "Get a grip" probablemente este domingo no hubiesemos tenido a Aerosmith en Barcelona.
Por este motivo, no me afecta que toquen esos temas (que particularmente no me disgustan) ni me jode la presencia y ni las reacciones del público no-rockero que al fin y al cabo fue quien les aupó al éxito masivo. Sencillamente, en España no existien 15.000 rockeros de pura cepa. A no ser que pretendamos ver a KISS, Aerosmith, AC/DC o los Stones en un Razzmatazz, estar rodeados de pijas y peperos es una peaje obligatorio ... sin ellos no habría conciertos de estadio! Y joder, ofenderse por que esta gente no vibra con "Draw the line" es ridículo. No es su función.
Buen repertorio, perfil y actitud del público dentro de la lógica ... ¿que falló? A estas alturas empiezo a creer que yo. La esperpéntica calidad del sonido no ayudaba. Y debido a varias circunstancias, me tocó estar taaaaan lejos del escenario. Steven Tyler y Joe Perry eran dos pulgas diminutas a mi ojos. Coño, estoy acostumbrado a ver a las bandas a pocos metros de distancia; y las pantallas, bien, comparadas con el montaje de KISS, eran de mercadillo. Me es raro decir esto tratándose de Aerosmith, mi banda nº2 indiscustible, pero durante varios instantes me sentí ajeno al concierto, fuera de juego. No había la magia necesaria entre la banda y yo.
Ellos supongo que cumplieron: recuerdo una "Draw the line" muy agresiva, con Joe y Steven rockeando muy duro, que "Living on the edge" o "Eat the rich" sonaron poderosas, que la intro a capella de "What it takes" fue bonita o que la interpretación de "Dream on" fue magistral. Pero la percepción de un concierto descafeinado no me la quito del cuerpo. Descafeinado, esa es la palabra. Por ejemplo, en un concierto normal no me largo al wc a mear ni loco. Antes meo en un vaso de birra. Durante el aburrido blues cantado por Joe, no me lo pensé ni un segundo. En fin, si llego a estar mejor situado (más cerca del escenario o incluso en gradas) seguramente hubiese apreciado una serie de matices que hubiesen elevado mi percepción global del show. Echaremos las culpas al Palau Sant Jordi y no a Aerosmith ... aunque KISS lo arrasaran 4 días antes.