Noche de denim & leather, cerveza y sudor en
BCN. Mientras los de siempre actuaban en los escenarios oficiales de la fiesta mayor de la
Mercè (si tu banda no milita en el indie/folk en catalán o la pachanga/rumbita/fusión en castellano, tu ciudad nunca te va a contratar, chaval), los últimos defensores de la fe se reunían en la sala pequeña de
Razzmatazz con motivo de la celebración de un auténtico mini festival metálico, con tres de las bandas más prometedoras del género.
Rifle se jugó los tímpanos y, con su habitual incontinencia verbal, nos cuenta lo sucedido:
Cuando vi la fecha del concierto, fiesta mayor de
Barcelona, lo juzgué mal de antemano. Creí que iba a ser otra velada más de
esas que pasan desapercibidas. Ya me había pasado en otros shows, que al
coincidir con fechas como San Juan, por ejemplo, la asistencia suele verse
mermada. Pero por suerte, y para mi sorpresa, la sala presentó muy buen aspecto
desde el primer concierto. Se respiraba en el ambiente que había muchas ganas
de fiesta y heavy metal. Y hubo mucho de ambas cosas.
Abrieron la noche de la Mercè más heavy los
alemanes Stallion. Ofrecieron un corto, pero buen show. Demostraron tener lo
que la gente espera de una banda metálica. Mucha entrega, sonido potente y
riffs por doquier. Yo no los conocía en absoluto y era su primera visita a
Barcelona, pero se convirtieron en un muy correcto inicio de la velada,
consiguiendo calentar el ambiente.
Llegó el turno de los canadienses Striker. Los
defensores del metal teníamos muchas expectativas puestas en esta formación y
ellos estaban ansiosos por demostrar de lo que son capaces. Salieron a todo gas
desde el primer momento sin prácticamente tregua. Tenían mucho que decir en 60
minutos. Una buena dosis de heavy y thrash contundente. Destacaron temas como “Fight for your life”, “All for One” y “Full
speed or no speed”. No bajaron el
nivel en ningún momento, cosa nada fácil en este tipo de bandas.
Se acercaba el momento de la noche y se intuía
algo grande. Y es que en medio del escenario les esperaba una repisa con
cuchillos y una mola para afilarlos... Dicho y hecho. Salieron los músicos uno
por uno creando expectación, y no podía ser de otra manera, después de la intro
“Uprising”, empezaban con la canción que da título a su último disco: “Storm of
Blades”. Puesta en escena divertida y entretenida todo el show, afilando las armas
y llenando de chispas el escenario.
El sonido fue potente y nítido de principio a fin.
Y fue más equilibrado que los grupos anteriores, pudiendo distinguir cada
instrumento en su justa medida. También tengo que decir que mis oídos
agradecieron mucho los matices rockeros que desprenden Bullet. Fueron
alternando canciones de su nuevo trabajo con clásicos de los anteriores,
destacando “Rush Hour” y sus kilométricos solos. Por supuesto, el éxtasis
colectivo se logró con el clasicazo “Bite the Bullet”, con banda y público
entregados.
Su
propuesta musical se ve reforzada por una serie de trucos visuales que hacen
mucho más amena la velada: por ejemplo, al principio de “Hammer Down” salió un
"actor" vestido y equipado para la ocasión, dando martillazos contra
el yunque que presidía el escenario, mientras que a menudo se abría uno de los
altavoces, que escondía una especie de títere que hacía de todo: hablar, “air
guitar” y hasta sacó unas baquetas para marcar el ritmo de la batería.
En definitiva, muy buen concierto en cuanto a
sonido, setlist, puesta en escena, ambiente. Mucho mejor que la última vez que
Bullet visitaron Barcelona Se agradece que empiecen a triunfar bandas jóvenes y
con calidad. Los de siempre no van a durar toda la vida, y para arrastrarse por
los escenarios, no vale la pena.
RIFLE