Puedes rechazar a Greta Van Fleet por su sonido derivativo. Lo entiendo, aunque tú te lo pierdes. Lo que es innegable es que su éxito -lo que entendemos por éxito, claro está, para una banda de rock en el siglo XXI: muchos clicks en Youtube y Spotify, y sold outs en clubs de tamaño medio- beneficiará a nuestra música. Las multinacionales, las corporaciones que pueden devolver el rock al gran público, lo mismo creen que el viejo RN'R puede volver a dar dividendos y empiezan a apostar por bandas noveles del género. Como ejemplo, el fichaje de Joyous Wolf por parte de Atlantic Records.
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Hace 17 horas